
Gran novela, de este magnifico escritor, una de estas lecturas en las que empezamos a preguntarnos muchas cosas. Como el ser humano se complica la vida, como utilizamos todo lo que esta en nuestra mano para hacernos infelices. Como ocultamos los problemas y como dejamos pasar las cosas importantes. Gracias a novelas como esta nos deja ver la luz, nos golpea la cabecita con una familia perdida en cualquier pueblo de montaña. Una huida desde la ciudad, buscando el palacio de Potala. Como unos personajes secundarios se te menten en la mente y pensando en ellos, pueden estar en cualquier pueblo, como debemos dejar los prejuicios en juzgar a las personas y simplemente dejarnos llevar por el interior de cada uno de nosotros. Simplemente la vida discurre día a día, y hay esta la belleza, hay esta lo bueno. Como un río desde su nacimiento a su muerte en el océano, así es nuestra existencia, desde nuestro nacimiento a el desenlace, aprendamos simplemente a disfrutar ese cauce. Poco a poco y disfrutando al máximo de cada minuto. Sin esperar grandes premios sino pequeñas alegrías. Esté libro nos enseña como una familia destrozada por los acontecimiento vividos por cualquiera, con valor y mirando hacia delante, podemos cambiar a mejor, podemos disfrutar después de todo y encontrar nuestro propio palacio....... Gracias Pedro.
El trío protagonista de “Todo eso que tanto nos gusta” lo constituyen el narrador (Ricardo, un abogado maduro) y sus padres. Todos están en un momento crítico de sus vidas, con un denominador común: los tres han sido abandonados por sus parejas. A la madre de Ricardo (Cristina) la ha abandonado su marido (Tomás) por una mujer mucho más joven; a éste le ha abandonado enseguida esa chica, y Ricardo acaba de separarse de Clara.
El primero en tomar decisiones es Tomás, que sale en busca de un palacio inalcanzable (el palacio de Potala, en el Tíbet) y acaba recalando en el pueblo de la Costa Brava (en el Ampurdán), en el que transcurre toda la historia. Enseguida llega Ricardo, en su busca, y muy pronto lo hará Cristina. La familia, poco a poco, va a tener que ir arreglando sus problemas, enfrentándose a sus fantasmas y saldando cuentas con un pasado conflictivo. Mientras, cada cual a su manera, va a ir integrándose en la apacible vida del pueblo.
En ese pueblo hay una serie de personajes que se van a convertir en protagonistas corales de la novela: Lola, la última anarquista, empeñada en vivir al margen del Estado y sus obras, cultivando marihuana y dejando su fonda a las prostitutas de la zona; Daryna, la prostituta del Este que muestra su agradecimiento del único modo que sabe, regalando las mejores artes de su oficio; Marcelo, que descubre el inagotable mundo de la literatura cuando tiene que leerle en voz alta a su mujer, Paquita; que ha perdido la vista, la bondadosa, sencilla e inteligente María que se debate ante su inminente matrimonio. A ellos se unen “los italianos”: Bárbara Baldova, una multimillonaria que quiere construir una ciudad para creadores (proyecto en el que participan Tomás como arquitecto y Ricardo como representante legal) y Cocentina y Paolo, madre e hijo, que se encargan de la intendencia y de la seguridad del complejo. La Baldova terminará uniendo su vida a Ramiro, un médico ya mayor, que decidió cambiar su exitosa carrera en Barcelona por la cómoda vida de médico rural.
Pedro Zarraluqui
Zarraluqui, nacido en 1954 en Barcelona, publicó su primer libro a los veinte años y escribió varios libros de relatos para Editorial Anagrama. Es además propietario del Café Salambo, que anualmente también otorga un premio literario. Autor de libros de relatos como “Galería de enormidades” y “Retrato de familia” con catástrofe, Zarraluqui se adjudicó también, en 1994, el premio Herralde de novela, convocado por Editorial Anagrama.
Zarraluqui también ganó con “Un encargo difícil” el premio Nadal 2005. Le dedicó el premio a su amiga Susan Sontag, que había fallecido poco antes.
Otras obras suyas son “La noche del tramoyista”, “El responsable de las ranas”, “La historia del silencio”, “Hotel Astoria” y “Para amantes y ladrones”.
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