Los cuentos del abuelo.
Gabriel Rodríguez de las Heras
Los cuentos del abuelo I.
Los cuentos del abuelo II.
Los cuentos del abuelo III.
Gabriel Rodríguez de las Heras
Estamos ante los primeros cuentos infantiles del novelista Gabriel R. de las Heras, tras sus tres primeros libros: La miel y la hiel, Peldaños al infierno y El desquite de Crispín Trabuco, publicados por viveLibro, el autor se lanza al difícil arte del cuento infantil, y lo hace con una trilogía de cuentos maravillosa, tres cuentos que nos resucitan la consciencia del pasado.
Los cuentos del abuelo I.
Ficha técnica del libro 978-84-16563-14-2 PVP. 12€
Tamaño
Páginas
Color Interior
Encuadernación
150 x 230 mm
92
Color
Rústica con Solapas
Adelina, trenzas largas Adelina era una niña con las trenzas bellas y
largas. Ella, que era muy bondadosa, se cortó una trenza para ayudar a
una bordadora que había agotado su hilo de oro. La otra trenza se la dio
a un pescador que había roto su sedal de pescar, quedándose pelona.
Pero, por estas acciones, Adelina recibió un regalo increíble. La casa
de los muebles encantados En una panadería vivían dos niñas que tenían
como juguetes preferidos un sillón, dos sillas y una cama. Estos muebles
recibieron de un hada el don de poder hablar, regalo que perdieron por
salvar la vida de sus pequeñas amitas. Pero el hada los recompensó
enseñándoles a expresarse de otra forma. Gustavo, aprendiz de fantasma
Gustavo era un niño fantasma que pasó por pruebas duras, dolorosas e
ingratas en su aprendizaje de duende, terminando descalabrado, arañado y
lleno de moratones en sus intentos de ser un espectro, para, al final,
terminar con una sábana agujereada y sucia y, en vez de cadenas, con una
ristra de botes vacíos atados a un tobillo.
Los cuentos del abuelo II.
Ficha técnica del libro 978-84-16563-15-9 PVP. 12 €
Tamaño
Páginas
Color Interior
Encuadernación
150 x 230 mm
92
Color
Rústica con Solapas
El jilguero Blas Un jilguerillo nació con el pico torcido hacia arriba,
por lo cual pasaba hambre porque la comida se le caía del pico. Su padre
voló buscando consejos y ayudas para salvarlo, y hasta se enfrentó al
temible gavilán. Al final, él mismo encontró la solución, un sistema que
después le copiaron los humanos para dar de comer a las personas
enfermas. Araceli y su muñeca de trapo Areceli era una niña tan pobre
que ni juguetes tenía. Su madre recogió de la basura una muñeca toda
rota, la lavó, zurció y limpió y, aunque quedó hecha un adefesio, se la
entregó a su hija, quien la recibió como la muñeca más linda del mundo.
Tanto la quería y mimaba que contagió su afecto a los demás. El girasol
testarudo Pedro era un girasol testarudo y cabezón que, porque el
hortelano lo plantó en un surco que él no quería, se declaró en huelga
de cabeza vuelta. Así, mientras todos los girasoles miraban al sol, él
daba la espalda. Aquello resultó un problema mayor de orden público que
solo una linda girasola supo resolver.
Los cuentos del abuelo III.
Ficha técnica del libro 978-84-16563-16-6 PVP. 12 €
Tamaño
Páginas
Color Interior
Encuadernación
150 x 230 mm
98
Color
Rústica con Solapas
El burro presumido Palomo era un asno muy bello pero muy tonto.
Confundía la B con la V y era el último de la escuela. Los animales de
la granja se reían de él y de su forma presumida de vivir. Pero tenía un
amigo: el espejo de su casa, que se convirtió en su conciencia y lo
enseñó a comportarse, hasta conseguir que todos lo aceptasen. El osito
lengua de trapo Los osos eran enemigos entre sí porque hablaban idiomas
diferentes y no se entendían: los osos blancos peleaban con los panda;
estos, con los grises, y los negros mordían a todos los demás. Pero
nació un osito que chapurreaba una lengua extraña y desconocida que tuvo
la virtud de que todos se hicieran amigos… La niña aprendiza de hada
Blanquita era una niña aprendiza de hada a la que le gustaba jugar al
fútbol, subirse a los árboles y corretear. En su atolondramiento rompió
su varita mágica y para no ser castigada la ocultó y trató de arreglarla
por su cuenta, llegando a mentir a su madrina. Un acto de valentía
arriesgándose por salvar a un gato vino en su ayuda.
Tres tomos que incluyen varios textos cada uno. Con un denominador común, como son el gusto por la palabra, el enriquecimiento del lenguaje y recuperando el cuento clásico, Gabriel nos entrega una serie de cuentos para disfrutar, nos regala unas piezas para el disfrute, para que el adulto se lo lea al niño y ambos disfruten como antaño, para recuperan el gusto por la lectura oral y recuperar el dominio del adjetivo y enriquecer con su cuidado lenguaje nuestra maravillosa lengua castellana.
Los cuentos enganchan por tener la estructura clásica del cuento, la clásica lucha del bien y del mal, pero atrapan por la imaginación del texto y por la belleza de su prosa. Si en un principio el niño choca de forma frontal con el vocabulario, al final de la lectura, además de disfrutar el pequeño lector descubrirá infinidad de nuevos vocablos y enriquecerá de manera sobresaliente su castellano.
Las ilustraciones muy cuidadas son obra de Raquel F. Sáez y con su trabajo recrea de una forma maravillosa la atmósfera del cuento y ayuda a que los niños se sientan atraídos por su lectura.
Por estas razones nos encontramos ante una trilogía de cuentos muy recomendable, unos libros que pueden ser deleitados tanto por niños como jóvenes y adultos. Unos cuentos que nos devuelven a la infancia, nos entregan a los clásicos y nos recuerdan esas obras de arte como Caperucita Roja o Blancanieves.
Una vuelta al texto de antes a el amor por la lectura y al disfrute del cuento
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